El Campo del Moro
A continuación vamos a hablaros de uno de los lugares más atractivos que nos ofrece la capital, conocido como una de las mejores perspectivas de Madrid, tiene por nomber El Campo del Moro, y aunque no es muy conocido si que merece la pena visitarlo.
En primer lugar, por un motivo histórico, pues este campo ha vivido justas, torneos y cacerías, batallas y asaltos en sus más de veinte hectáreas que van desde el Palacio Real hasta la cuesta de San Vicente pasando por la Cuesta de la Vega. Pero esto que os contamos pasó hace mucho tiempo y hoy vive mas tranquilo, sin batallas ni asaltos que lo atormenten.
En segundo lugar, comentaros que es un sitio excitante debido a ese panorama que nos ofrece el desnivel que hay entre el barranco de palacio y las riberas del río Manzanares. Los idealistas de esta inspiración fueron Ramón Oliva y los arquitectos Narciso Pascual y Colomer. Fue declarado de interés histórico-artístico en el año 1931.
Este campo es uno de los tres recintos ajardinados que decoran los alrededores del Palacio Real, está gestionado por el Patrimonio Nacional. Y los jardines cuentan con dos fuentes neoclásicas: La de los Tritones y la del Palacio de las Conchas.
Y en terer lugar, porque perderse por sus caminos no es un disgusto, sino que es entretenido y ameno ya que te puedes encontrar con un montón de pavos reales, faisanes, cisnes y patos entre los innumerables jardines que te oferce el Paseo de la Virgen del Puerto, debido a que es el único espacio que está abierto al público. Además de contemplar su fauna y flora, se pueden ver sus fuentes, sus paseos, la rosaleda, el estanque...
¿Y sabéis por qué se llama El Campo del Moro?
Porque en el año 1109 se alojó allí un caudillo musulman, llamado Alí Ben Yusuf, junto a su ejército, con el fin de reconquistar Madrid con incontables ataques. De aquel episodio histórico derivó el nombre por el cual hoy lo conocemos, "El Campo del Moro". Por supuesto los intentos de reconquistar la ciudad no dieron sus frutos y pasado un tiempo retrocedió por el mismo camino por el que vino, así Madrid quedaba en manos de los cristianos.
Esperamos haberles inspirado y que disfruten del magnífico paseo que nos brindan estos jardines y así conozcan el lugar en el que una vez hace mucho tiempo se disputaron justas y batallas.